Tengo tantas ganas de escribir y botar todo lo que tengo dentro, como cuando en nuestro hogar nos mirábamos a los ojos y llorábamos amarga pero a la vez dulcemente. Porque estábamos en los brazos del otro, en el lugar perfecto, en la noche perfecta.
Vuelve, siempre te pido que vuelvas y sanes otro pedacito muerto de mi.
Vuelve, que duele.
Vuelve, que esto no es vida.
Te amo. Siempre.
Yo también quiero volver, sigo soportando esta pena, pero no sé cuanto más podré hacerlo.
ResponderEliminarNecesito llorar en tus brazos...