viernes, 13 de mayo de 2011

Más pronto que tarde.

Sabía que era muy pronto para contarle pero deseaba con tantas ganas ver aquél rostro lleno de alegría como esa vez que no aguanté. 'Amor, te tengo una sorpresa que contar...' tragué saliva esperando que esos ojos se reencontraran con los míos nuevamente y le sonreí para que no se asustara. Mi amor se acercó a mí en lo que creí que fueron horas, recordando la primera vez que le di la sorpresa de su vida.

Lo abracé primero y empezó a desesperarse ‘¿Que es lo que tienes que contarme?’ me preguntó dándome esos besitos que tanto me gustaban en la mejilla. Reí, estaba nerviosísima y sólo atine a tomar su mano y bajarla lentamente a mi vientre. ‘Viene Samuel…’ susurré casi sin que él me escuchara, pero con tan sólo ese gesto los ojos de él brillaron y me apretó nuevamente en su abrazo. No dejaba de decirme te amo.

¿Qué pasa?’ preguntaba nuestra pequeña dentro de el auto, tratando de entender qué estaba sucediendo. Miré a mi amor otra vez y le dije que fuéramos a casa. Íbamos en silencio, ese silencio que a veces amaba, sólo se escuchaba el viento golpear despacio en las ventanas, faltaba poco.

Al bajarnos del auto, tomé a nuestra hija en brazos para llevarla al lugar favorito de la casa, su habitación. Ya era tarde, y habíamos quedado en ir a comer con lo que pregunta Génesis ‘Pensé que iríamos a comer con papi…’ no pude evitar besar una de sus mejillas al ver su carita de pena. ‘Mi vida… ya es tarde y papá ya está cansado…’ En eso entras y te quedas en el marco de la puerta, nos dijiste que pediste por teléfono algo para comer y que no demora en llegar. Me miras cómplice y haces un gesto con la mano para que te acompañe a otro lado. Génesis es tan inteligente y se acerca a mi oído para decirme que vaya, que ella pintará algo para mí. Miro su habitación, tan hermosa y llena de pinturas de ella.

De la mano vamos a la cocina y me susurras que estás ansioso y feliz, lo único que quieres es tener ya a nuestro hijo. Río, oh que me gusta reír y más al ver tu cara de enamorado. ‘Me haces tan feliz'. Nos decimos y te digo que Génesis aún no lo sabrá porque temo que se lo tome a mal, ya que es hasta el momento nuestra hijita, la única, a la que le hemos dado toda nuestra atención. Pero sabemos que es inteligente y generosa, sabrá quererlo como la queremos a ella.

Llega la comida y disfrutamos de otro termino de día en nuestro hogar y pienso qué nos deparará mañana.

Nuestra habitación.

Oscuridad. Nosotros.

Amor.