miércoles, 20 de julio de 2016

Día tres.



"Uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida."

Plaza Bismark. Valparaíso.

Parece que hubiese sido ayer que llegamos a esta plaza, era un día hermoso, ¿recuerdas?
La ciudad ennegrecida muestra sus luces, y yo me la imagino como almas que quieren mostrarse, volcarse hacia el mar que recibe las orillas de Valparaíso, acoge en sus brazos grandes máquinas de metal y esconde naufragios de miles de años atrás.

"Años atrás" se repite esas palabras en mi cabeza y es verdad, hace unos cuantos años atrás estuvimos aquí y yo no sabía si acaso tu sonrisa lo iluminaba todo o simplemente la vida como tal se presentaba antes mis ojos de la manera más hermosa que podía imaginar.

Miro Valparaíso en todo su resplandor y te busco.

Sé que el tiempo no para porque Yndi Halda suena a través de mis oídos. Avanza, cada nota es un recuerdo fresco, antiguo que me niego a soltar. ¿Cómo soltar algo que amo y deseo tanto volver a revivir? Creo que por eso estoy aquí. Creo que por eso caminé y caminé hasta reconocer esos árboles, bancas, pasto... ¡Oh!, si en esos suelos pude retratar tu hermosa sonrisa con mi cámara y de vez en cuando la miro y siento cómo mi corazón se llena de alegría.

Pausa.

Ese violín acaricia ese vacío que siente mi pecho. Sonrío, algo quedó de ti en este lugar.
Le tiro un beso al viento, como queriendo que llegue hasta donde tu estás.


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